Desde que he dado el salto hacia mi libertad como profesional, sin dependencias laborales, estoy aprovechando el tiempo para participar en algunos cursos de formación on-line, presenciales, revisar podcast, leer artículos, etc. Por una cuestión de hábito de más de veinte años de impartir formación, mientras participo en una experiencia formativa, suelo analizar tanto el contenido, como la metodología, la estructura de curso, la capacidad de comunicación del docente, etc. Y, sinceramente, me estoy quedando atónito de la enorme cantidad de oportunistas, caraduras y otras especies que pueblan el territorio de la formación. Es algo que me parece preocupante. Fundamentalmente, porque en determinados casos, todo un curso de formación, podcast o conferencia, se convierte en una herramienta para que el docente facture como fin en sí mismo (sin piedad en cuando a las formas), o para vender (descaradamente) un producto al alumno. Es decir, que se instrumentaliza el medio formativo para “desplumar” al participante, reconduciéndole hacia otros nuevos cursos o hacia la adquisición de software, productos diversos, etc. Por otro lado, es sorprendente la falta de rigor en muchos contenidos, la carga demagógica de los docentes, la mediocridad que se destila de muchos discursos, la falta de respeto hacia los participantes por la modificación y alteración caprichosa de los programas, etc. En cierta medida, la expansión que ofrece internet, es una arma de doble filo, porque cualquiera puede proporcionar formación amparándose en un buen diseño, una supuesta imagen de calidad y una cuidada campaña de publicidad. El problema está en saber si los usuarios, o los potenciales usuarios de estos recursos formativos, tienen la capacidad para discriminar el trigo del grano y para depurar las malas hierbas de los brotes sanos. Sólo puedo dejaros unos consejos para evitar que os engañen: por favor, indagad un poco antes de apuntaros a un curso, escuchad los podcast con inteligencia, revisad bien quién o qué está detrás de la plataforma que os ofrece la panacea en su programa formativo. Porque si no lo hacemos, estaremos haciendo el juego a una panda de estafadores profesionalizados que en tiempos de crisis se aplican la fórmula de - a río revuelto, ganancia de “pecadores”-, perdiendo nuestro dinero y lo que es más valioso, nuestro tiempo.
Escribir comentario
Juan Carlos Ramos (sábado, 14 julio 2012 12:54)
No es nuevo Pedro, ya lo sabes, pero evidentemente en estos tiempos en que la publicidad de los cursos es mucho más fácil y potente, se multiplican exponencialmente.
gracias por el aviso.
Arturo Gutiérrez (sábado, 14 julio 2012 13:25)
Gracias por el aviso Pedro, casi me meto a uno de estos cursos que proliferan en medio online y presenciales y por recomendación de otras personas hice bien en no cogerlos.
Jesús del Verbo (sábado, 14 julio 2012 13:28)
Muchos piensan que en esto de la formación todo vale, que el alumno tragatodo (sobre todo cuando ha pagado por adelantado), que el copy-paste es una práctica digna, que da igual la metodología, mientras el contenido tenga mucho multimedia y mucho colorín... que la formación online y temporalmente asíncrona todo lo salva.... en fin: que tienes más razón que un santo.
Pedro Salvador Hernández (sábado, 14 julio 2012 15:31)
Realmente agradezco vuestros comentarios, Jesus, Arturo y JC, creo que la cosa se está poniendo muy difícil y hay mucha gente que se aprovecha de la buena voluntad de las personas que buscan la loable tarea de aprender y crecer como personas... y eso es muy injusto.
José María Moreno Santiago (sábado, 14 julio 2012 20:09)
Es cierto, lo he sufrido varias veces. Me acuerdo de uno de gran formato en Madrid que me cabreó tanto que me largué a la media hora de empezar la primera sesión.
También los hay buenos y no son precisamente los más caros.
Gracias por la advertencia.
Bernabé (lunes, 16 julio 2012 10:28)
Ya hace tiempo que sabemos de este tipo de practicas, pero en estos tiempos de crisis y por consiguiente más engaños y picaresca, lo que esta claro es que los buenos formadores y la buena formación esta pasando por su propia travesia del desierto y los "engañadores" se han istalado en los oasis formativos.
Besos compañero.