Por Antonio Casado
Se comenta la propuesta recién presentada formalmente de cerrar y desmantelar el Museo Nacional del Greco para trasladar sus fondos (o parte de ellos) al Museo Arqueológico Provincial y de Bellas Artes de Toledo (Museo de Santa Cruz), que a su vez desaparecería como institución para instalar en su edificio un nuevo Museo Nacional del Greco. Una propuesta del Presidente de la Diputación Provincial toledana, Arturo García-Tizón, que ha sido respaldada por el Gobierno y las Cortes de Castilla-La Mancha, y por la Fundación Pública para la conmemoración del IV Centenario del Greco 2014, en un acto celebrado el pasado 24 de Enero. Dicha propuesta afecta a dos museos titularidad del Ministerio de Cultura: El Museo del Greco, perteneciente a la Red de Museos Estatales (antes denominados Nacionales), y el Museo de Santa Cruz, uno de los museos provinciales de titularidad estatal y gestión transferida a la comunidad autónoma (por el mismo procedimiento que las Bibliotecas Públicas del Estado y los Archivos Históricos Provinciales).
Antecedentes: El Museo del Greco fue fundado en 1910 por un mecenas, Don Benigno de la Vega-Inclán, que adquirió las casas del Marqués de Villena, en las cuales era tradición que había vivido el Greco como inquilino, y las rehabilitó para crear la que se llamó Casa-Museo del Greco, que preservase la memoria de un artista que acababa de ser redescubierto, y para acoger las colecciones de Vega-Inclán sobre la obra del cretense y de su época.
El Marqués de Vega-Inclán legó todos los museos de su Fundación al Estado Español, que aceptó la herencia el 26 de Febrero de 1943. Desde entonces, sus museos (La Casa-Museo del Greco en Toledo, la Casa-Museo de Cervantes en Valladolid y el Museo Romántico en Madrid) se incorporaron a la Red de Museos Nacionales, pasando a ser de titularidad estatal, y gestionados directamente por el Ministerio de Cultura. En 2011, tras una inversión de más de seis millones de euros de dinero público y un cierre por obras que se prolongó durante seis largos años, el 24 de Marzo de 2011 el remodelado Museo del Greco abrió sus puertas de nuevo al público, siendo inaugurado por la entonces Ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, el entonces Presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, y el alcalde de Toledo, Emiliano García-Page.
El otro museo afectado es el Museo de Santa Cruz. En 1961 el Museo Arqueológico Provincial y de Bellas Artes de Toledo adoptó el nombre de Museo de Santa Cruz perpetuando la memoria de otro mecenas, el Cardenal Pedro González de Mendoza, que mandó construir el edificio en el cual se alberga, el antiguo Hospital de Santa Cruz de Mendoza. El Cardenal Mendoza tenía especial devoción a la Santa Cruz de Jerusalén, y creó varias instituciones bajo su advocación, como este antiguo hospital para niños huérfanos, o el Colegio Mayor de Santa Cruz, de la Universidad de Valladolid. Pero el Museo Provincial de Toledo como institución, es mucho más antiguo ya que se remonta a la primera mitad del S. XIX. Tiene su origen en la Real Orden de 16 de Junio de 1844 mediante la cual se creaban en cada capital de provincia los museos provinciales, para acoger, en un centro de titularidad pública, las obras de Arte procedentes de las desamortizaciones eclesiásticas. En el caso de Toledo, además, se hizo pasar a titularidad pública el antiguo Museo Arzobispal, que había sido fundado por el Cardenal Lorenzana, junto a la biblioteca hermana, en 1771. Así pues, en 1844 la antigua biblioteca arzobispal se transformó en Biblioteca Pública Provincial (actualmente Biblioteca Pública del Estado) y el antiguo Gabinete de Antigüedades del Arzobispado se convertía en Museo Arqueológico Provincial y de Bellas Artes. En 1919 ambas instituciones se mudaron al antiguo Hospital de Santa Cruz de Mendoza. La biblioteca se fue en 1966 a una sede propia, pero el museo sigue allí, en un magnífico edificio plateresco que cedió al museo su nombre en memoria de su fundador y mecenas, Don Pedro González de Mendoza.
El Museo de Santa Cruz es la cabecera de la red de museos de su provincia. Está constituido por dos edificios colindantes entre sí: el antiguo Hospital de Santa Cruz y el antiguo Convento de Santa Fe (que fue inaugurado en 2009 como sede de su más que necesaria ampliación, treinta y seis años después de su adquisición por el Estado y del comienzo de las obras, aunque tras la exposición temporal inaugural fue incomprensiblemente cerrado de nuevo). Además posee varios museos filiales y monumentos visitables. De él dependen el Museo de los Concilios y la Cultura Visigoda (en la antigua iglesia de San Román); el Centro de Interpretación de la Arquitectura Militar Mudéjar (en la Puerta del Sol); el Oratorio de San Felipe Neri (futuro centro de exposiciones temporales); el Museo de Arte Contemporáneo (en la Casa de las Cadenas, actualmente cerrado); y el Museo “Taller del Moro”, (que albergaba las colecciones de artes decorativas hispanoárabes y mudéjares, actualmente cerrado igualmente); así como también el Museo de cerámica “Ruiz de Luna”, en Talavera de la Reina; y el Museo cervantino “Casa-Museo de Dulcinea” en El Toboso. En total siete espacios expositivos en la capital y dos más en la provincia que integran lo que se podría denominar “el gran Santa Cruz”.
Sin embargo la existencia de ambos museos, el del Greco y el Santa Cruz, se ve amenazada por una idea que fue propuesta el pasado 14 de Diciembre por el Presidente de la Diputación Provincial de Toledo, el “popular” Arturo García-Tizón, consistente en crear un “verdadero (sic.) Museo Nacional del Greco” en el edificio del Museo de Santa Cruz, trasladando allí todos los fondos actualmente del Museo del Greco y dejando este como “un museo del Romanticismo”. Tal propuesta fue hecha propia por su compañera de partido, la Presidenta María Dolores de Cospedal, y el pasado 24 de Enero, en las Cortes de Castilla-La Mancha, y con el respaldo de la Fundación Pública conmemorativa del IV Centenario del Greco, el Gobierno de Castilla-La Mancha pidió públicamente al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte que fuese llevada a cabo. No se han dado más explicaciones sobre el futuro del actual Museo del Greco, que entendemos perderá su razón de ser si es desposeído de sus cuadros, ni sobre el futuro del Museo de Santa Cruz, que suponemos habrá de ser suprimido como tal si se cede su edificio a otra institución diferente.
No deja de ser sorprendente que el Presidente de una Diputación proponga la eliminación del museo cabecera de su propia provincia, para que el edificio que lo alberga sea cedido a otra institución distinta. Y no deja de sorprender aún más que se ponga a disponer y organizar en casa ajena, ya que ninguno de los dos museos afectados son de la Diputación de Toledo sino de titularidad estatal (El del Greco, de gestión directa, como museo nacional que es, y el Santa Cruz, gestionado por la comunidad autónoma, que también gestiona los museos provinciales de las otras cuatro provincias).
Aclararé que tan sorprendente proyecto no ha sido elaborado por ningún técnico museólogo ni conservador de museos de la Diputación de Toledo… porque no los hay. No existe ningún museo propio de la Diputación Provincial, y por lo tanto ésta carece de escalas profesionales de personal técnico especializado. Ello no ha sido óbice para que la Junta de Comunidades haya hecho suya la propuesta y la haya elevado al Ministerio, ante el pasmo absoluto de las Direcciones y equipos técnicos de ambos museos, el Nacional del Greco y el Arqueológico Provincial y de Bellas Artes, quienes tampoco han sido consultados.
Todo esto es un caso “de libro” de lo que nunca debe de hacerse en relación a la gestión de un museo:
1º) Se ha justificado la acción para “conmemorar mejor” el IV Centenario de la muerte del Greco. Es un error. Una próxima efeméride puede dar lugar a una exposición temporal o a un ciclo de actividades culturales. Pero nunca debe de ser la excusa para una actividad tan complicada técnicamente y tan costosa presupuestariamente como la creación o el traslado precipitado sin proyecto, ni presupuesto, ni plan museológico previo, de un museo nacional.
2º) Se ha dicho que uno de los motivos que justifican el desmantelamiento del Museo del Greco es que el Greco no vivió allí. Es cierto que recientemente se ha demostrado que la verdadera Casa del Greco no estuvo en donde el Marqués de Vega Inclán fundó su museo, pero también es cierto que estuvo en la casa colindante, justo al lado, donde actualmente se levantan unos jardines con un monumento a la memoria del cretense. Viviese el Greco o no en lo que durante un siglo hemos llamado Casa-Museo del Greco, es en realidad irrelevante. Porque ese edificiofue adquirido y rehabilitado con el destino de ser el Museo del Greco, y porque el Greco vivió en esa calle y en esa barriada. Si se traslada a otro lugar que no esté vinculado a su vida, estaremos descontextualizándolo de un modo irreparable. Es como si ahora se demostrase que Sorolla no vivió en la casa que hoy es el Museo Nacional de Sorolla y por ello se propusiese instalarlo en el Palacio de Villahermosa simplemente porque a un político le parece bien, para lo cual habría que suprimir, a su vez, o trasladar, el Museo Thyssen, que ocupa actualmente dicho palacio.
3º) Por otro lado no sería el Museo del Greco el único descontextualizado, sino también el propio hospital de Santa Cruz. Evidentemente, el cambio de nombre, al albergar otra institución, acabaría con la memoria del mecenas que hoy día es rememorado. La figura y nombre del Greco eclipsaría de manera absoluta el recuerdo del Cardenal Don Pedro González de Mendoza, y del legado que dejó para la posteridad.
4º) Se ha dicho que esta propuesta se hace para centralizar en un único núcleo expositivo la obra del Greco, en la actualidad dispersa. Nuevamente es falso. En la actualidad existe obra del Greco en dos museos públicos: El Museo Nacional del Greco y el Museo de Santa Cruz. Pero también existe en numerosos museos y monumentos privados: En el Museo de los Duques de Lerma(antiguo Hospital del Cardenal Tavera o de S. Juan Bautista), en la Catedral Primada, en la Capilla de San José, en el Convento de Santo Domingo de Silos “el Antiguo”, en la Parroquia de Santo Tomé… Aunque se uniesen en un único edificio los fondos de titularidad pública, seguirían dispersos los privados. Pero esa dispersión no es algo negativo, sino que al contrario, es muy positivo. En Madrid, por poner un ejemplo próximo, existe obra del Greco en varios museos, y a nadie se le ha ocurrido centralizarla. Porque la dispersión permite al turista cultural conocer diferentes lugares y diferentes monumentos de la ciudad, lo cual es mucho más enriquecedor para un visitante inquieto culturalmente que una visita en un contenedor único. Y no olvidemos que la dispersión actual beneficia al tejido socioeconómico de la pequeña y mediana empresa de toda la ciudad, que sufrirá un grave desequilibrio si se realiza esta centralización de fondos.
5º) Se ha dicho que el actual Museo del Greco “no reúne las condiciones de un museo moderno”, lo que es otra falsedad. El Museo del Greco tiene un recientísimo plan museológico. Tiene toda su obra digitalizada, tiene un magnífico programa de difusión y actividades culturales, tiene las mejores piezas de su catálogo accesibles vía web, tiene un área de investigación y otra de conservación. Tiene lo que todos los expertos dicen que ha de tener un Museo Nacional.
6º) Se ha dicho que el actual Museo del Greco no tiene visitantes y que por ello conviene reubicarlo. Falso de nuevo. En 2012, el año siguiente al de su reapertura, pasaron por él 175.000 personas, que se complementan con las 300.000 que visitaron del vecino y frontero Museo Nacional de Cultura Hispanojudía y Sefardí. Dos centros que se complementan y que realizan actividades culturales en colaboración (como un reciente curso de verano) aprovechando mejor las infraestructuras y recursos que el Estado pone a su disposición. Algo que se perderá si se cambia de ubicación.
7º) Se ha dicho que el Museo de Santa Cruz debería dejar de ser un lugar de exposiciones temporales y que para ello debe convertirse en un Museo Nacional del Greco. Falso también. Lanueva colección permanente del Museo de Santa Cruz fue inaugurada en 2010. Por otro lado, la labor de divulgación y difusión que -en paralelo a la investigación y conservación- realiza cualquier museo digno de tal nombre, no se concibe sin exposiciones temporales. Además hay muchas maneras de dignificar aún más el Museo de Santa Cruz sin tener que instalarle dentro otro museo ajeno. Una de ellas puede ser la reapertura de la ampliación al colindante edificio de Santa Fe, así como la recuperación y reapertura de sus filiales del Taller del Moro y de la Casa de las Cadenas, que se mantuvieron cerrados sin explicación durante el mandato del anterior Director General de Cultura de Castilla-La Mancha, el socialista Luis Martínez; filiales y ampliación que su sucesor, el popular Francisco Javier Morales, a fecha de hoy mantiene cerradas.
8º) Se ha dicho que el actual Museo del Greco carece de centro de documentación. Falso también. Está en fase de reinstalación de fondos y reabrirá en el primer trimestre del presente año. En la propia página web del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte se puede consultar el catálogo de su biblioteca y centro de documentación, que forma parte de la Red de Bibliotecas de Museos Españoles (BIMUS). Pero aunque fuese cierto, la carencia de un centro de documentación no justifica que se cambie de sitio toda la institución de la cual depende.
9º) Hay un problema más: El Estado aceptó definitivamente en 1943 los legados del Marqués de Vega-Inclán, aunque la primera cesión, precisamente la de la Casa-Museo del Greco, se remonta a 1910 (Real Orden de 27 de Abril). Si el compromiso que se firmó era mantener abierta y operativa la Casa-Museo del Greco, su cierre podría suponer que los herederos de D. Benigno denuncien al Estado por incumplimiento y pidan la devolución del edificio y de la colección pictórica original.
10º) Y hay un nuevo incumplimiento: El de la Real Orden de 1844 que obligaba a abrir en cada capital provincial un museo público para albergar las colecciones de Bellas Artes y Arqueológicas de esa provincia. Si se cede el edificio que ahora ocupa (el antiguo Hospital de Santa Cruz de Mendoza) a otro museo (el del Greco), habría de buscarse un nuevo edificio para el Museo Provincial de Toledo. Teniendo en cuenta que el Estado ha invertido treinta y seis años de obras y millones de inversión en el convento de Santa Fe, colindante con el Santa Cruz, con destino a la ampliación del Museo Provincial de Toledo, no creo que el estado de la tesorería del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte permita un nuevo gasto multimillonario (búsqueda de otros edificios, compra, rehabilitación, nuevo plan museológico y nuevo traslado). Y no serviría llevarlo a la actual Casa del Greco, que no tiene capacidad física para albergar los fondos de un museo tan enorme como es el complejo Santa Cruz-Santa Fe. Salvo que lo pretendan sea hacer un pastiche juntando en un solo edificio y una sola institución los fondos de los actuales dos museos.
En resumen: Se está engañando de una manera burda a la ciudadanía con un objetivo real que, hoy por hoy, nos es desconocido. En círculos culturales se especula acerca de lo que no se nos cuenta. Hay quien cree que la intención es lucrarse a través de la concesión a una o varias empresas privadas de los contratos multimillonarios del traslado y de la elaboración y ejecución del nuevo proyecto museológico; o que tal vez la intención oculta del Gobierno Regional es que se suprima el Museo Arqueológico Provincial y de Bellas Artes para no tener que mantenerlo anualmente -como se hace desde que su gestión fue transferida-, ni incurrir en el desprestigio que supondría devolver las competencias al Gobierno Central. Incluso hay quien afirma que en realidad es una medida meramente política para deshacer y borrar las recientes rehabilitaciones del Museo del Greco (inaugurada en 2011 por la Ministra González-Sinde) y de la ampliación del Museo de Santa Cruz (inaugurada en 2009 por el Ministro César-Antonio Molina), porque en ambos casos fueron inauguradas por ministros de diferente signo político al actual. Yo no me atrevo a optar por ninguna de estas posibilidades, pero lanzo esta pregunta a quien quiera contestarme: ¿Qué hemos de creer?
En todo caso, es una decisión injustificable desde el punto de vista técnico, que ningún historiador del Arte ni profesional del Patrimonio respalda ni comprende, y que ha sido adoptada al margen de los equipos directivos de ambos museos afectados. Pero también es inviable desde el punto de vista económico. Por mucho que la Fundación para el IV Centenario del Greco aporte 50.000 simbólicos euros, o la Diputación aporte otra cantidad, como se ha comprometido. ¿De verdad quieren invertir en museos? ¿De verdad les preocupa la Cultura? Pues gasten ese presupuesto que iban a invertir en cambiar el Museo del Greco en reabrir la ampliación del Museo de Santa Cruz en el antiguo convento de Santa Fe, y en reabrir sus incomprensiblemente cerrados museos filiales de Arte Contemporáneo (Casa de las Cadenas) y de Artes Decorativas Hispanomusulmanas y Mudéjares (Taller del Moro).
Durante mi primer mandato como Presidente de la Asociación Profesional ANABAD-CLMorganizamos unas Jornadas Técnicas tituladas “Los técnicos y los políticos ¿condenados a entendernos?” en la cual planteábamos que los responsables políticos debían tener una continua comunicación con los técnicos de sus respectivos departamentos para que las instituciones funcionen correctamente. Recordemos que todas las administraciones públicas tienen equipos técnicos formados por funcionarios de carrera que dirán a quien les pregunte lo más correcto (no lo que quieren oír, que para eso ya están los asesores de libre designación). Y recordemos que además hay entidades consultivas externas (como las Reales Academias, Asociaciones y Colegios Profesionales).
El historiador y académico Juan Sánchez Sánchez, actual Director Gerente de la Biblioteca de Castilla-La Mancha, dijo por aquel entonces “Quien gestiona lo público debe saber que está expuesto al análisis y la crítica del conjunto de la sociedad (…). Personas, instituciones, medios de comunicación, e incluso partidos políticos son descalificados duramente, y a veces represaliados, cuando expresan opiniones que no gustan al Poder de turno. Estas situaciones, propias de dictaduras, desactivan la participación real de sectores de la llamada sociedad civil en la construcción de la sociedad. La participación en Democracia no finaliza el día de las elecciones, sino que ha de ser permanente; y los políticos han de tener una actitud sinceramente abierta a la opinión de los ciudadanos”. Seis años después, es bueno rescatar estas palabras. Confío en que, quien tiene la posibilidad de hacerlo, escuche, reflexione, y que sepa corregir antes de llevar a cabo una catástrofe cultural que además no estamos en disposición de poder costearnos (y menos, después de haber gastado seis millones doscientos mil euros hace año y medio).
Espero sinceramente que el actual equipo político del Ministerio sepa ver la inconveniencia cultural, económica y administrativa de esta propuesta, aunque provenga de políticos afines, y la desestime rotundamente. Reflexionen, por favor. Si toman la decisión adecuada, la ciudadanía -y la posteridad-, se lo agradecerán.
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