FRACASO
¿Sabes qué, fracaso?
Te voy a estrangular
con mis propias manos.
Va a ser lento. Agónico.
Compartiremos este sabor
de metal en la boca.
Lo escupiremos.
Y lucharás, duro, fuerte,
porque eres fracaso
y eres mío.
Pero, en algún momento,
cuando bajes la guardia,
(ese día que te relajas y no lo esperas,
ese día que me ves muerto contra las cuerdas)
resurgiré de ti,
de lo que habrás hecho con mi cuerpo.
Volverán los golpes y las lágrimas.
Los recuerdos de las batallas perdidas.
Las caídas.
Y sin darte cuenta, fracaso,
aunque sólo sea en mis huesos,
verás que mi espíritu
siempre habrá vencido.
Eugenio Hernández Vegue
Abril 2013
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