¿Cuánto vale de alma?
¿Cuanto estás dispuesto a ceder por tu libertad?
¿Cuánto silencio puedes soportar?
¿Cuánta miseria puedes llegar a tolerar?
Ahora que el tiempo me ha dado tiempo
para mirar, para pensar, para tener perspectiva,
veo estancias llenas a rebosar de Dorian Greys
destapando la máscara de lo que siempre fueron:
Siluetas calculadoras, aprendices de Maquiavelos,
progresistas de postín, conservadores cobardes,
interesados sin interés, cosificadores del talento,
cerebros vacíos, ladrones de ideas.
Pero nosotros "los nadies", somos libres,
no pagamos peaje tragando sapos,
ni cambiamos nuestros valores,
ni vendemos nuestra alma.
¿Y sabéis por qué?
Porque somos creativos, no cazatalentos.
Porque nos importan las personas, no la gente.
Porque distinguimos valor de precio.
Porque somos auténticos, no simulacros.
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