PATIOS TRISTES
Mientras Federico pintaba,
arrodillado en el suelo,
sobre el mortero de cal
que Jesús Adeva
prepara con esmero
cada mañana del año
(en la Capilla Sixtina
de la casa Miñacas)
he dejado correr la tarde con Renata,
paladeando sin prisa
el archivo visual de sus patios.
Hemos contemplado,
cientos de escenas:
patios antiguos, modernos,
abiertos, cerrados.
patios nobles, populares,
destruidos, restaurados,
patios góticos, renacentistas,
barrocos, contemporáneos.
patios desaparecidos, recuperados,
públicos, privados…
Pero nunca imaginé
(y he aquí mi sorpresa)
que su certera mirada
de observadora sagaz
fuera capaz de ver
tras los confines del tiempo,
sin una atisbo de error,
sin un ligero despiste,
que en algunos callejones ocultos
existen los patios tristes.
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